Aplique

Apliques y lámparas de pared para optimizar el espacio y mejorar el ambiente

Sin dejar nunca de lado su uso, los apliques de interior son una de las constantes tanto en las nuevas construcciones como en los proyectos de renovación de espacios. Podrían considerarse un verdadero passepartout del diseño de iluminación, los apliques de pared podían evocar la atmósfera romántica de los cafés literarios. Sin embargo, la aplicación moderna ha ido mucho más allá, los apliques de pared prometen mucho más.

¿Qué son los apliques?

Hacerse esta pregunta es el primer paso para orientarse entre las numerosas propuestas de esta categoría; los apliques son especialmente versátiles en su uso. A diferencia de los clásicos apliques de pared, éstos son capaces de iluminar pero, al mismo tiempo, también aportan un precioso toque de estilo.

Normalmente, los apliques de pared utilizan una única fuente de luz y pueden equiparse con un brazo flexible que permite orientarlos en el espacio. La alternativa es la más clásica, con la lámpara cubierta por una estructura de diversos materiales. En cristal serigrafiado, en metal, pero también en materiales naturales, los apliques crean ambiente.

¿Cómo elegir el aplique adecuado? ¿Moderno o vintage?

La tradición de un elemento atemporal se renueva con propuestas de diseño moderno. La elección de los apliques de pared pasa por el diseño de la habitación. Depende mucho del concepto de decoración de la habitación; las soluciones de materiales compuestos y las referencias retro pueden ir mejor con opciones más clásicas.

Los apliques son, en efecto, elementos con un atractivo vintage, pero también hay líneas con un carácter más marcadamente moderno. Las formas geométricas y los juegos de luz son el punto de encuentro que decantan la elección hacia líneas más modernas. La luz se vuelve más concentrada para acentuar la clara linealidad.

¿A qué altura deben colocarse los apliques?

La prioridad es evitar un efecto deslumbrante, esta es la razón principal de un diseño consciente del nivel. El uso común indica una altura de entre 180 y 220 centímetros desde el suelo, depende mucho de las alturas de la habitación.

La distancia al techo es crucial, el aplique no puede acercarse demasiado al techo para garantizar una distribución uniforme del sombreado. Es esencial que los apliques se limiten a la función de iluminación general, las alternativas focalizadas se encuentran en los focos de pared. Las alturas deben pensarse cuidadosamente, la decoración sin duda sale ganando.

El muestrario disponible abarca desde modelos geométricos con emisión de luz focalizada hasta apliques de geometría minimalista. Es fundamental tener en cuenta el diseño, pero sobre todo contextualizarlo a las estancias de la casa, los destinados al cuarto de baño pueden diferir de los apliques destinados a la zona de estar de la casa. Una elección cuidadosa potencia su uso. La iluminación de pared es el elemento que más permite integrar iluminación y mobiliario en el hogar. Los modelos más clásicos pueden dejar espacio a soluciones con imágenes y motivos decorativos, y es posible jugar con los colores y las gradaciones de luz. Los apliques marcan estilo, sólo queda elegir el ideal.